Esta semana he llegado a Munich. Concretamente a la Ludwig-Maximilien Universität München, gracias a la convocatoria nacional de ayudas para la movilidad internacional de jóvenes investigadores «José Castillejo». Al margen de los problemas con la carrera científica en España, sólo puedo estar agradecido tanto al ministerio de Ciencia como -sobre todo- a mi grupo de investigación por haber conseguido esta ayuda para venir aquí a realizar un proyecto muy, pero que muy, interesante.
¡Oh! ¡Qué intriga! ¿Qué proyecto es? Pues, para volver al redil del Alzheimer, me vengo a Múnich porque es uno de los centros de referencia europeos de la Dominantly Inherited Alzheimer Network (DIAN), una iniciativa destinada a estudiar el Alzheimer hereditario. Al diferencia de lo que mucha gente cree, esta variedad de Alzheimer afecta tan solo a un 1%, pero sus efectos son devastadores. La afección se debe a ciertas variedades de los genes PSEN1, PSEN2 o APP que pasan de padres a hijos con un 50% de probabilidad, provocando que se desarrolle la enfermedad de Alzheimer muy temprano, entre los 30 y los 50 años. Podéis saber más sobre el Alzheimer hereditario en uno de los vídeos divulgativos de DIAN.
Y aquí estoy, dispuesto a aplicar todo lo aprendido durante estos años en uno de los análisis más complejos que voy a realizar, esta vez incluyendo datos de diferentes modalidades de imagen (PET-FDG, PET-PIB y MRI). Probaremos diferentes modelos convolucionales, residuales y otros tipos de arquitecturas de deep learning para tratar de encontrar una descomposición de los datos que permita una interpretación médica del progreso de la enfermedad.
¿Habrá suerte? Espero que sí. Solo queda trabajar.